miércoles, 18 de noviembre de 2015
SALIMOS ADELANTE MEDIANTE LA ACCIÓN.
Salir de la ansiedad requiere ACCIÓN. Podemos comprender algo, pero hasta que no pasamos a la acción, realmente no nos damos cuenta de que es verdad. Ejemplo de ello es que sabemos que el miedo es irreal, pero hasta que no salimos de casa, o nos exponemos a tal o cual situación, realmente no terminamos de creérnoslo. Es decir, es la acción la que nos lleva del conocimiento teórico a la experimentación de la verdad. "Y la verdad os hará libres". Pero para llegar ahí necesitamos experimentarlo, ha de ser algo vivencial. Y ello pasa por la acción.
En la cama o en el sofá ya sabemos lo que nos encontramos. Me pasé sobre todo el primer año de ansiedad entre el sofá y la cama, jamás encontré algo ahí que me ayudara. Algo que me repetía cuando no tenía ganas de levantarme era "este es tan mal momento como cualquier otro para hacerlo. P'alante". Y es que para encontrar algo distinto en la vida, hemos de ir a su encuentro. Así que ¡levántate!, deja de repetir lo que sabes que no funciona y ponte en acción ¿Que cuesta? Lo sé. Nadie ha dicho que sea fácil, pero sí necesario y lo sabes. En el fondo lo sabes, así que comienza hacerle caso a tu fondo, a ti mismo ¡y p'alante! Hay muchas cosas que puedes hacer. Pon en práctica las recomendaciones de tu psicólogo / psiquiatra, deporte, da un paseo aunque sea pequeño, practica meditación, relajación, hobbys,... ¿Que te caes? Vale, eso quiere decir que estabas en marcha, ya no estabas en el sofá o en la cama, así que ¡bien por ti! Levántate, desdramatiza la caída, aprende de ella y vuelve al camino. Pues es en ese ir hacia tu vida, es en ese trayecto, donde uno se da cuenta, de que el miedo es irreal y que efectivamente no había nada que temer.
Quedamos libres mediante la acción.
sábado, 31 de octubre de 2015
ALIVIO INMEDIATO Y ANSIEDAD
Una emoción no experimentada, no vivida, no sentida,... no se marcha. Permanece a la espera. Es como si nos dijera "¿ah si? ¿no quieres que esté? No pasa nada. Volveré más tarde". Esto es, se repiten aquellas emociones que no nos permitimos sentir. Cuando sentimos algo desagradable, nuestro primer instinto es rechazarlo, buscando a continuación el alivio inmediato. Y así vamos, de "alivio inmediato" en "alivio inmediato" (las veces que lo conseguimos). Pero cuando se lleva un tiempo con ansiedad, te das cuenta que esa búsqueda del "alivio inmediato"... no funciona. Quizás pueda lograrse alguna que otra vez, pero ello no mejora nuestra calidad de vida. ¿Por qué? porque la emoción vuelve para ser experimentada, vivida y sentida.
Buscamos el alivio inmediato porque, cada vez más en nuestra sociedad, estamos acostumbrados a obtener soluciones rápidas y sencillas. Y quizás, por primera vez en nuestras vidas, nos hemos encontrado con algo que no funciona así. La ansiedad no funciona así. Ésa es precisamente la primera cuestión que, de forma honesta, hemos de aceptar en relación a la ansiedad: no existen soluciones rápidas. Y aquellos que las vendan... una de dos, o son unos mentirosos o unos irresponsables.
Salir de la ansiedad lleva su tiempo. Unas personas más, otras menos. Dicho tiempo depende de múltiples factores: de la causa de la misma, de la trayectoria vital de la persona, de quién y cómo estén ayudándonos, de la personalidad de cada uno, de las condiciones familiares, sociales, culturales... Son tantíiiiiisimas las variables que inciden en dicho tiempo, que resulta absurdo compararnos con otra persona que tenga ansiedad. Cada persona es un mundo y por lo tanto, sencillamente, no comparables.
Es por todo ello que la primera actitud que hemos de desarrollar es la paciencia. Ésta palabra, paciencia, en cuanto a su significado, pareciese que está formada por dos palabras: paz + ciencia. Esto es, PAZ + SABIDURÍA. Mantén tu corazón en PAZ mientras SABES que esto es un proceso. Que lleva su tiempo. Que cuanto más te desesperes por salir buscando el alivio inmediato, más fuerte se hará la ansiedad. Que estás aprendiendo. Que tu organismo sabe lo que hace y lo realiza de manera natural... ¿Y cómo mantener el corazón en paz? Mediante la aceptación radical de que "lo que es... es", las cosas son como son y es nuestra lucha contra "lo que es", lo que nos hace perder la paz. ¿Y aceptar qué? Toooodo cuanto sentimos, experimentamos, síntomas, sensaciones, pensamientos, sentimientos y emociones. Cuando uno acepta de verdad, cuando uno acepta de corazón,... automáticamente soltamos el concepto tiempo de la ansiedad. Ya no buscamos el alivio inmediato porque ya no luchamos contra nuestro sentir. Vivimos sin resistencia el propio acontecer y continuo desplegar de la vida.
sábado, 10 de octubre de 2015
ATAQUE DE PÁNICO - CRISIS DE ANSIEDAD
Personalmente no estoy de acuerdo con las palabras "Ataque" y "Crisis", no son las apropiadas para describir lo que realmente ocurre en esos instantes. Sé que se viven así, pero no se ajustan a la realidad porque nada está atacando, ni al cuerpo ni a la mente. En esos momentos lo que realmente ocurre, es una descarga de tensión emocional que hemos ido acumulando y que experimentamos a través de los síntomas. INOFENSIVOS todos ellos. ¿Algo inofensivo puede atacar? No tiene sentido llamarlo así.
Tampoco estamos en crisis porque ahí lo que está haciendo el cuerpo es reequilibrarse. Está expulsando lo que está de más, digamos que se está aligerando nuestro organismo de ese cúmulo de tensión. Y lo más importante, ya venimos "equipados de serie" para poder hacerlo. Es decir, la naturaleza ya diseñó el mecanismo para aligerar esa tensión. Por lo tanto, al organismo le da igual cómo lo interpretes, él sabe lo que tiene que hacer y está diseñado para ello. Lo que para nosotros son unos momentos horribles, para nuestro cuerpo es un proceso natural más como otro cualquiera.
Además, esas palabras "Ataque" y "Crisis", tienen un significado y una connotación muy negativos. Debería de llamarse "Descarga de Ansiedad" o algo así.
Ahora bien, es nuestra interpretación de esos instantes lo que hace que lo experimentemos como un ataque o crisis, ya que creemos que vamos a morir o algo malo está ocurriendo. Pero seguramente ya lo habrás podido comprobar, una cosa es el mundo de las interpretaciones y otra bien distinta la realidad. Y la realidad es que si el cuerpo pudiese hablar en nuestro idioma, nos diría: "tranquilo/a, que para nuestro bien, sólo he activado el sistema de descarga".
domingo, 13 de septiembre de 2015
¿ MALDITA ANSIEDAD ?
En la naturaleza y en la vida, todo encaja. Tooodo tiene su "por qué" y su "para qué". Nada sobra ni falta. Tanto es así, que inclusive en la sabiduría popular, nos encontramos con el refrán: "no hay mal que por bien no venga". Todo está entrelazado y tiene su razón de ser.
Nosotros, el ser humano, también somos naturaleza, también somos vida. Formamos parte de ella. Así que, la ansiedad también tiene su "por qué" y "para qué". Cuando descubrimos esto, la ansiedad comienza a encajar en nuestra vida, a tener un sentido su presencia. El darnos verdadera cuenta de ello, ayuda enormemente a aceptarla. A no luchar contra ella y por lo tanto, a no sentir la ansiedad extra que produce la lucha contra los síntomas.
La ansiedad ¿Por qué?
Porque ya no puedo seguir siendo tan perfeccionista.
Porque ya no puedo seguir siendo tan controlador.
Porque ya no puedo seguir siendo tan exigente con los demás y/o conmigo mismo.
Porque ya no puedo seguir siendo tan dependiente.
Porque...
La ansiedad ¿Para qué?
Para aprender a ser paciente.
Para aprender a ser comprensivo.
Para aprender a confiar.
Para aprender a quererme.
Para...
Cada cual tiene sus "por qué" y "para qué".
Descubre cuáles son los tuyos. Eso hará que la ansiedad comience a encajarte, dejará de ser tu enemiga para comenzar a ser tu maestra.
sábado, 22 de agosto de 2015
LENGUAJE INTERIOR Y ANSIEDAD
Uno de los puntos clave que me ayudó a salir de la ansiedad, fue el hecho de hacerme consciente de mi lenguaje interior. De ese "discurso" interno que todos tenemos. Hasta ese momento ni me había dado cuenta de él, es más, creía que era él y ni me había planteado que buena parte del problema estaba precisamente ahí. Ello lo descubrí practicando el primer ejercicio que propone Anthony de Mello en su libro Sadhana, donde pide que trates de estar diez minutos en silencio mental. Me resultaba imposible, mi mente vagaba de un lugar a otro y procurar mantener el silencio suponía una tarea titánica. El objetivo del ejercicio no era aprender a estar en silencio mental, sino el hacerte consciente de que continuamente estamos generando pensamientos. Practicándolo varias veces, ahí fue donde descubrí que existía un discurso interno y que éste tenía un enorme poder. Mucho me quedaba por recorrer aún, pero hacerme consciente de él, me abrió todo un campo nuevo sobre el que trabajar.
La continua práctica de la autoobservación (ver vídeo), punto clave en las obras de Anthony, hizo que poco a poco fuese descubriendo que según lo que decía ese discurso, así me sentía. Si me decía "vas a tener una crisis", enseguida me ponía nervioso, tenso o aparecían síntomas. ¡Había una relación causa-efecto! Y es que ese lenguaje interior, es como unas gafas mediante las cuales percibimos tanto lo que nos rodea como a nosotros mismos. No vemos la realidad, vemos lo que el pensamiento nos dice en relación a ella. "Si voy al super me sentiré mal" y comenzaba a darme taquicardia. Ese pensar era como un espejismo que me impedía ver que en ese preciso instante, estaba totalmente seguro y por lo tanto, no había motivo para sentir miedo. Pero no, las gafas me decían lo contrario. El hacernos conscientes de esas lentes que filtran nuestra realidad, es bajo mi humilde punto de vista, uno de los aspectos claves para salir de la ansiedad. Es un mirar las gafas en lugar de mirar a través de ellas. Llegar hacer eso requiere práctica, pues llevamos toda una vida con ellas puestas y la inercia del hábito nos lleva a utilizarlas.
Detente, respira, observa tu lenguaje interno y date cuenta de la influencia que tiene en la aparición y desaparición de síntomas. Una vez que te des cuenta, fluye, deja marchar ese parloteo interior, suéltalo (ver vídeo). Practicar eso me ayudó bastante. En el fondo, eso es meditar. Así que practica meditación para ejercitar la capacidad que todos tenemos de autoobservarnos. Cuanta más ejercitada esté esa capacidad, más podrás darte cuenta de lo que realmente te sucede y de que no estás en peligro. Ese "no estás en peligro" lo sabes de manera intelectual, sabes que no lo estás, pero tienes la sensación de que tu mente o tu organismo no se lo cree ¿Verdad? Pues bien, la práctica de la autoobservación hace que todo tu ser termine por verlo claro y nítido. Al darte cuenta de su mentira, lentamente las gafas del miedo comienzan a caer por su propio peso.
domingo, 9 de agosto de 2015
RESISTENCIA VS ACEPTACIÓN
Abandonar toda resistencia a sentir ansiedad, es permitir que ésta pueda fluir. Así fue como lo experimenté y por ello siempre lo recomiendo. En este vídeo recojo las conclusiones que saqué a nivel personal.
miércoles, 22 de julio de 2015
" QUIERO RECUPERAR MI VIDA "
Ese fue el deseo más profundo que tuve durante la mayor parte del tiempo que tuve ansiedad. Recuperar mi vida. Volver a salir, viajar, reunirme con mis amigos, ir y hacer lo que quisiera tal y como hacía antes de que el miedo apareciese. Pero los años pasaban y no la recuperaba por más que lo deseaba, me esforzara y tratara de encontrar solución a mi ansiedad.
Poco a poco fui llegando a una conclusión que al principio fue dolorosa, pero que con el tiempo comprendí que en el fondo fue liberadora: no podía recuperar mi vida. Y no podía hacerlo por dos razones. La primera, porque "aquel Rafa" ya no podía continuar con esa vida llena de perfeccionismo, control, impaciencia, dependencia y autoexigencia. Y la segunda, porque aquella ya no era mi vida. La vida no es lo que sucedió, ni tampoco lo que sucederá. LA VIDA ES LO QUE SUCEDE, aquí y ahora. Es el continuo presente. Todo es vida. No podía recuperar mi vida porque ya estaba viviendo una vida, con ansiedad, sí, pero ésa era la vida que en esos momentos tenía que vivir. La que en ese momento estaba experimentando. La que experimentamos en cada momento.
Cierto es que cuando estaba inmerso en la ansiedad, sobre todo en las épocas de crisis, sentía cómo me limitaba, cómo el miedo se comía mi vida. Pero cuando conseguí adoptar cierta perspectiva de mi mismo y de lo que me sucedía, me di cuenta, de que lo que me limitaba era a continuar siendo perfeccionista, controlador, impaciente, dependiente y autoexigente. Y como hasta ese momento no sabía ser de otra manera, por eso sentía que la ansiedad me limitaba. Fui observando que cuando era menos perfeccionista, menos controlador,... sentía menos ansiedad.
El tiempo pasó y la ansiedad hizo que terminara por rendirme. No en el sentido de tirar la toalla, sino en el sentido de dejar de luchar contra ella y de aceptar que en aquellos instantes, aquella era mi vida. Curiosamente, fue en la rendición y en la aceptación, donde comencé a ver que la vida tornaba, iba dejando atrás tanto sufrimiento, tantas crisis y se abría algo nuevo. Una nueva etapa de ese continuo llamado vida, que se recorría más ligero de equipaje. Sobre todo sin la pesada carga de andar todo el tiempo demostrando ser perfecto por temor a que me rechazasen. No podía más, debía de elegir, continuar llevando una máscara o atreverme a ser yo mismo. Ese "no poder más" hizo que al final optara por lo segundo. Sí, perdí amigos. Pero me encontré conmigo mismo. Y al hacerlo, vinieron otros nuevos. Poco a poco, ligero de equipaje, volví a salir, a viajar, a ir y hacer lo que quisiera. Volví hacerlo. Pero no lo hizo "aquel Rafa". Por medio la vida había continuado y me había enseñado que había otra manera de vivirla. Antes de la ansiedad, creía que para ser feliz tenía que asegurarme el aplauso de los demás, precisamente cuando dejé de hacerlo comencé a experimentar la libertad. Como puedes ver en el apartado del blog "Carta a la ansiedad - testimonios", no es la misma persona la que entra que la que sale.
No trates de recuperar la vida de antes tal cual. Eso es como tratar de recuperar el agua de río que ya se vertió en el mar. Ábrete a la vida y te encontrarás contigo mismo. Lo demás... vendrá por añadidura.
lunes, 6 de julio de 2015
ANSIEDAD, ESPACIO INTERIOR
Un buen profesional de la psicología / psiquiatría, un amigo, un familiar, un libro... nos pueden ayudar. Pero todos tenemos un espacio interior al que pocos pueden llegar. Ese espacio es donde nos hablamos, habitan nuestras emociones y nos sentimos. Es el lugar en el que se produce el abrazo interno y donde podemos cultivar la ternura hacia nuestra persona. Es en ese espacio donde se van originando esos pequeños cambios que nadie percibe pero que tú sabes que se han producido.
Observa cómo en el fondo, cada cambio en tu ser a lo largo de la vida, se ha fraguado desde ahí. Y es precisametne ahí, en ese espacio, donde has de dejar de luchar contra tus sentimientos, pensamientos y emociones. Es ahí donde has de dejarte en paz para que puedas "sanar" esa fractura, esa división interna en la que una parte de ti siente miedo y otra quiere estar bien. Recuerda, ambas partes son tuyas y por lo tanto no han de estar enfrentadas. Tu sentir es tuyo, está ahí, existe, permítele ocupar el espacio que de todas maneras está ocupando.
Cuando permitimos, lo que realmente estamos haciendo es dar la oportunidad a que todo pueda ser transformado. En cambio, cuando resistimos lo que hacemos es condensar, retener lo que ha de marcharse.
Toda transformación en la persona se produce de dentro hacia fuera, así que ve hacia ese espacio al que sólo tú tienes acceso y haz limpieza para sentir amplitud dentro de ti. Cuando tenemos ansiedad, solemos creer que nos falta algo, como si fuésemos erróneos. Pero en verdad lo que nos ocurre es que nos sobra. Nos sobran creencias, patrones y actitudes que han ido depositando en nosotros y que ahora nos estorban.
El camino de la salida de la ansiedad se hace ligero de equipaje.
Cuida tu espacio. Cuídate.
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