domingo, 23 de octubre de 2016

ME FALTA CONFIANZA PARA SALIR DE LA ANSIEDAD

Nos llega la ansiedad y al poco tiempo sentimos que nos falta confianza para llevar adelante nuestra vida. Esa seguridad a la hora de salir a la calle, ir a tal reunión o ante determinadas situaciones. De hecho, muchos de los consejos que recibimos por parte de los demás es "¡ten confianza!". Recuerdo que cuando me lo decían me daba hasta coraje, pensando para mis adentros "sí hombre como si fuera tan fácil". Y en el fondo me daba coraje porque a la hora de exponerme, buscaba en mi esa seguridad y al no encontrarla caía en el desánimo. Me decía "me falta confianza", achacando el no poder realizar tal o cual actividad a esa falta. Así fue como llegué a sentirme erróneo, como si mi ser no estuviese "bien hecho". Al decirme eso tantas veces y creerlo a pie juntillas, terminé por actuar acorde a esa creencia. Y cuando el miedo me frenaba, me decía "¿ves como te falta confianza?" autoconfirmando de esa manera mi creencia. Así me pasé muchos años, pero poco a poco leyendo a Anthony de Mello, me di cuenta de que las personas no somos erróneas en ningún momento, que no nos falta nada, que en todo caso lo que nos sobra son falsas creencias y pensamientos erróneos. Aquello supuso un gran alivio para mi, pues no era que yo hubiese venido a este mundo "mal fabricado", sino que mi falta de confianza era sólo una consecuencia. Aquello me ayudó a soltar esa preocupación y centrarme en la práctica.
Con el tiempo me di cuenta de que la mejor manera de estar centrado en esa práctica, era hacerlo de manera limpia, sin añadiduras ni juicios por mi parte. Salir a la calle una y otra vez. Exponerme a las situaciones una y otra vez. Practicar deporte, meditación, relajación, hoobies,... una y otra vez. Sólo de esa manera podía ir afinando la práctica, corriendo estrategias y sobre todo actitudes internas ante mi mismo y ante lo que acontecía. Tirado en el sofá o en la cama no podía corregir nada porque no vivenciaba nuevas situaciones. Una práctica donde de manera sincera y sentida no me reprochaba, sino que me comprendía, sin sentencias condenatorias, soltando los fracasos y centrándome en la práctica de sólo ése día.  En el fondo, puse mi confianza en LA PROPIA PRÁCTICA EN SÍ. Es decir, no se trata de tener confianza de forma gratuita, no se trata de un brindis al sol. Se trata de una práctica basada en una profunda certeza confirmada con hechos de QUE A TRAVÉS DE LA PRÁCTICA, CONSEGUIMOS COSAS. Me explico ¿Cuánto has conseguido en tu vida a través de la práctica? Párate un momento y verás cómo son muchas. Aprendiste a leer, escribir, realizar cálculos matemáticos, conducir un coche, nadar, montar en bicicleta, aprendiste a realizar un trabajo, manualidades, idiomas,... ¡¡son muchas!! Es decir, esa capacidad de aprender y crecer MEDIANTE LA PRÁCTICA ¡¡LA TIENES!! Lo has podido comprobar un montó de veces. Así que como decía, no se trata de una confianza gratuita, sino basada en hechos demostrados a lo largo de tu vida de que practicando, consigues salir de una situación y entrar en otra nueva.
Hay que tener en cuenta algo muy importante: es la propia práctica la que te va enseñando. Imagina que cuando aprendiste a leer, te hubieses desanimado cada vez que leías mal una palabra, que te hubieses desanimado pensando "como me equivoco mucho eso quiere decir que no puedo aprender a leer" ¿Qué hubiese pasado? Que ahora mismo no estarías leyendo estas líneas. Pero recuérdate cuando eras niño/a y aprendías a leer, no te reprochabas nada, no te juzgabas, ni tampoco dejaste de continuar practicando. Simplemente corregías, aprendías y seguías adelante sin importarte las equivocaciones. Pues así es también con la ansiedad. No importan los fallos, importa los aprendizajes que extraigas EN la propia práctica, el ir afinándola, no el número de veces que puedas fallar. Puede que ante todo ello alguien diga "yo llevo intentándolo un montón de tiempo y no puedo" Esa frase además de demoledora para el ánimo es incierta. Porque no es que no puedas, sino que aún no has encontrado la forma o nadie te la ha enseñado. Pero no es porque no puedas. Por eso es importante no parar hasta dar con ese psicólogo/a que sea capaz de ayudarnos de verdad. Así que no es que "no puedas", sino que "aún no sabes" ¡que es muy distinto! Y si no sabemos siempre podemos buscar a alguien que nos enseñe, pero no decir que no podemos.
Con todo esto te quiero decir que PUEDES CONFIAR EN TI porque te lo has demostrado un montón de veces a lo largo de la vida: "practicando me he llevado más allá de donde estaba" Párate y date cuenta de eso.
PUEDES CONFIAR EN LA VIDA porque si te fijas, de ella siempre recibimos lo que necesitamos para crecer como personas.
PUEDES CONFIAR EN TU ORGANISMO, porque es la última generación de millones de años de perfeccionamiento y evolución centrada en tu bienestar.
Y cuando digo "PUEDES", no me estoy refiriendo a probabilidades o tratando de darte ánimos. Me refiero a una tranquilizadora CERTEZA basada en hechos. 

miércoles, 12 de octubre de 2016

EL MIEDO IRREAL ES COMO UN ESPANTAPÁJAROS

Las personas en el fondo somos como pájaros que se asustan de un espantapájaros. Nos asustamos de una ilusión, una fantasía o creencia. De algo aparente que en realidad no "es". Fíjate cómo cuanto más lejos estamos del espantapájaros, más nos parece una persona, un ser real, inclusive un monstruo. Cuando más cerca estamos de él, más nos damos cuenta de que es un inofensivo muñeco hecho de ropa inflada con paja y un viejo sombrero encima. Pues así es el miedo. Creemos que hemos de huir de eso que nos asusta, cuando en verdad el espantapájaros lo que está haciendo, es SEÑALAR EL LUGAR EN EL QUE ESTÁ EL ALIMENTO MÁS RICO. Bajo él, se encuentra lo que quizás llevamos tiempo buscando, incluso mucho antes de que apareciese la ansiedad. Bajo él se encuentra lo que en el fondo más anhelamos: VIVIR. Pero vivir de verdad, cogiendo de la vida aquello que necesitamos para ser ser felices y siendo lo que somos. Por lo que en el fondo, el espantapájaros no nos da miedo, LO QUE EN EL FONDO NOS DA MIEDO ES VIVIR SEGÚN NOS DICTA EL CORAZÓN. De éso es de lo que realmente huimos y inventando un personaje en su lugar. Esto nos cuesta verlo pero observa. Independientemente de la ansiedad ¿cuántas veces hemos vivido como nos ha dictado el corazón? Muy pocas. Pareciese como si llevásemos toda la vida huyendo de eso. Por lo que huyendo... llevamos muchísimo tiempo y siempre de lo mismo. Párate. Observa tus adentros y date cuenta de cómo, desde que tienes ansiedad, tu anhelo de vivir según dicta tu corazón ha aumentado. Es mucho más intenso que en etapas anteriores de tu vida ¿Lo ves? ¿Te das cuenta? ¿Ves cómo el espantapájaros está señalando el lugar donde está el alimento que necesitamos?
Ante ello alguien podría preguntarse ¿por qué nos da miedo vivir según nos dicta el corazón? Pues porque creemos que si somos como realmente sentimos, los demás no nos van a querer. Que no vamos a encajar, que nos verían como bichos raros y nos veríamos solos. Así que preferimos escenificar un personaje al gusto de los demás que ser nosotros mismos. Pero si nos paramos a observar detenidamente la creencia de que si somos como nos dicta el corazón los demás no nos van a querer, vemos ahí una buena noticia:  ¡¡ QUE NO ES VERDAD!! ¡¡QUE ES JUSTO LO CONTRARIO!! Desde hace algunos años he tenido el privilegio de conocer a personas muy conectadas con su corazón, con un profundo sentido de la vida y de si mismos. Y cuanto más conectadas están, más gente vamos a sus cursos y conferencias ¿Por qué ocurre eso? Porque las personas somos sensibles a ello, nos gusta estar con gente auténtica, sincera, abierta, con una sabiduría natural, que sean ellas mismas, personas que están en su centro, que están en su corazón y hablan al corazón de los demás. Y eso querido amigo, querida amiga,... nos pasa a todos y a la gente tienes alrededor también les ocurre lo mismo.
Muchos años me pasé defendiendo ese personaje y a más defensa, más ansiedad tenía. De verdad te lo digo ¡no vale la pena! Llega un momento en el que hemos de elegir entre el pensamiento de los demás y ser lo que nos dicta el corazón. Entre seguir huyendo de la ilusión del espantapájaros y acercarnos a comer del alimento que anhelamos.

Tu corazón siempre será

tu mejor opción de vida

Elígete

 

sábado, 8 de octubre de 2016

PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO

En la ansiedad solemos andar preocupados por nuestro futuro ¿Cómo será? ¿Cómo estaremos? ¿Qué nos encontraremos? A partir de preguntas de ese tipo, nos vamos enredando en imaginaciones catastróficas que nos hacen sufrir enormemente. Y a más imaginación negativa, más preocupación, quedándonos atrapados en círculos viciosos que sólo nos llevan al desánimo y al miedo. Nos quedamos atrapados ahí sin darnos cuenta de dos aspectos fundamentales que nos pueden sacar de ese círculo. O al menos a mi me ayudaron y por ello lo comparto por si a alguien le pudiese ser útil.
El primer aspecto es pararnos a comprender profundamente que el futuro no puede darnos miedo ¿Por qué? Sencillamente porque no puede dar miedo aquello que no existe. No es al futuro lo que tememos, lo que nos genera el miedo es lo que estamos haciendo EN nuestro presente: imaginar en modo catastrófico. Así que cuando nos preguntamos "¿cómo puedo dejar de preocuparme por el futuro?" no solemos encontrar respuesta porque la pregunta no es la adecuada. Y no es adecuada porque estamos tratando de resolver un problema (nuestra preocupación) desde un enfoque erróneo: el futuro existe y encima es negativo. Fíjate cómo ese enfoque nos encarcela en el miedo y en el sufrimiento. Ante ello hemos de tener algo muy claro, si un pensamiento o creencia me hace sufrir y no nos lleva a ninguna parte... ¡ES QUE ES MENTIRA! ¡ES QUE ES FALSO! Y la prueba de que es mentira es el propio miedo y sufrimiento que sentimos. Ese sentir es nuestro cuerpo diciéndonos "¡¡POR AHÍ NO ES!!" "¡¡TE ESTÁS EQUIVOCANDO!!" ¿Y por qué es una mentira? ¿Por qué es falso? Porque fíjate cómo todo lo que es verdad nos libera, equilibra, pacifica, sana,... así que todo lo que nos encarcela en el miedo es una mentira.
Fíjate cómo cuando empezaste a leer este artículo, ese momento, ¡ya es pasado! Ahora mismo, leyendo estas palabras, ya es el futuro de ese momento en el que empezaste a leer ¿Lo ves? ¡Ya estás en el futuro de ese instante! ¿VES CÓMO NO TIENES QUE HACER NADA PARA CONOCER EL FUTURO? ¡¡YA TE ESTÁ LLEGANDO!! ¿VES CÓMO NO ES NECESARIO PREOCUPARSE POR EL FUTURO PORQUE SIEMPRE NOS ESTÁ LLEGANDO? Observa objetivamente cómo ahora mismo es el futuro de hace unos instantes atrás. Cómo no has tenido que hacer nada para conocer "ese futuro", sino que simplemente te ha llegado sin más. Y lo más importante, el cómo va llegando sin que llegue nada catastrófico. Y además digo otra cosa, tampoco hemos de preocuparnos por lo que nos llega porque siempre tenemos la habilidad y capacidad de afrontar el momento presente. Lo que no tenemos es la capacidad de afrontar la película de terror que nos imaginamos, por lo que el cuerpo expulsa en forma de síntomas la tensión que acumulamos de esa manera.De verdad, párate ahí, detén tu lectura quedándote en la comprensión de que el futuro nos llega instante a instante en forma de presente y que por lo tanto, no es necesario preocuparse por él. Fíjate cómo, desde niño, desde niña, siempre has estado en el presente. Siempre ha sido de esa manera, el futuro te iba llegando sin tener que hacer nada y sin necesidad real de estar preocupado/a porque ya se te estaba presentando solo. Detente ahí hasta que toda esa comprensión llegue a todas las orillas de tu ser. Párate ahí hasta que razón, emoción e intuición encajen en la inutilidad de andar preocupados. Si mientras haces eso sientes de pronto cómo tu cuerpo se afloja, sientes como un alivio, es tu organismo diciendo "¡¡uuff por fin se ha enterado, ya no tengo que seguir tenso"
El segundo aspecto que olvidamos cuando andamos preocupados por el futuro, es una derivación del anterior y no es otra que la Ley de Causa y Efecto. El futuro efectivamente como tal no existe, pero SÍ QUE PUEDE SER CONSTRUIDO. Es decir que en cierto modo tenemos "el poder" de ir construyéndolo, de que en ese instante tras instante, nos vayamos encontrando cosas beneficiosas para nosotros ¿Y cómo se hace eso? Comprendiendo muy bien cómo funciona dicha Ley, tomando buena conciencia de ella y actuando en consecuencia. Lo mejor para explicar esto es a través de ejemplos, así que vamos a ello. Si yo quiero tener unos abdominales marcados y no hago gimnasia ni dieta, la barriga que tengo ahora mismo es el efecto de no haber hecho en el pasado nada de eso. Si yo tengo una pared de color negro y la quiero blanca pero no la pinto, el efecto será que continuará negra, siendo la causa de su actual estado el hecho de que en el pasado no me puse a pintarla. Llevemos esto al día a día de una persona con ansiedad. Si yo ahora mismo tengo miedo, ansiedad y síntomas, es porque hace unos instantes, horas o días (en cualquier caso en el pasado) estuve rumiando pensamientos negativos. Es decir, estuve acumulando tensión y ahora (en el futuro de aquellos momentos) estoy sintiendo el efecto de ese rumiar. Esto es, que el problema no está en los síntomas que siento ahora, sino en mi rumiar del pasado ¿Ves cómo vamos construyendo el futuro que nos va llegando? En cambio, si yo ahora mismo llevo a la práctica las recomendaciones del psicólogo/a, hago deporte, relajación, meditación, yoga, hobbies, me enriquezco con lecturas que me hagan crecer, hago exposiciones, soy constante,... y voy haciendo a diario lo que en cada instante me toca hacer en mi propio beneficio... ¿cómo me irá llegando ese futuro? Si yo siembro todo eso estaré sembrando causas positivas, por lo que los efectos serán igualmente positivos. Lo que me llegue será beneficioso para mi.
Por lo tanto si lo que ando es preocupado por mi futuro, no es allí a ese mundo imaginario a donde he de mirar, sino que DONDE HE DE ENFOCARME ES EN MI PRESENTE PORQUE ES AQUÍ DONDE SE GERMINA LO QUE HA DE LLEGAR ¿Qué estoy haciendo en mi presente? ¿Qué estoy sembrando en mi ahora? Repito el futuro no es el problema, sino lo que estoy haciendo conmigo en mi presente. Así que toma conciencia de ello  y ¡alégrate! de que tengamos esa capacidad de construir aquello que nos llegue.  Aprovecha ese "poder" en beneficio tuyo y de los demás, está en tu mano, está aquí y está ahora ¡Lo tienes!
P.D.: Puede que alguien al leer todo esto diga para sus adentros "pues yo he llevado a la práctica lo que dijo el psicólogo, he hecho deporte, relajación, meditación, yoga, expuesto al miedo,... y sigo igual o peor. En esa situación es igualmente aplicable la Ley de Causa y Efecto, pero debido a que ello daría para escribir otro extenso artículo, abordaré ese punto más adelante.

lunes, 3 de octubre de 2016

AQUÍ Y AHORA

(Lee muy despacio, sin prisas. Date tiempo a sentir lo que lees)
Estás aquí, leyendo estas líneas.
Estás ahora, en este momento.
No importa lo que ocurrió antes, pues ya no existe.
No importa lo que ocurrirá, pues aún no ha nacido.
No importa lo que pienses de ti, pues ningún pensamiento es capaz de describirte.
No importa lo que pienses de lo que sucede, pues ningún pensamiento es capaz de englobar la realidad.
Sólo importa este instante, donde todo aparece y se desvanece.
Sólo importa ir con la vida.
Abre los brazos y recibe lo que llega.
Abre las manos y suelta lo que ocurrió.
Fluir con la vida es un continuo recibir y soltar.
No hay otra cosa más que vivir que este instante.
No te quedes con nada de lo que ocurrió.
No esperes nada de lo que te pueda llegar.
No guardar... no esperar... eso es libertad.
La libertad de no estar atado al pasado ni al futuro.
La libertad del aquí, donde todo te está llegando.
La libertad del ahora, cuando todo ha de ser soltado.
Aquí, vente aquí. Contigo.
Ahora, vente ahora. Contigo.
Quédate en este instante y deja de pelearte con él.
Deja de reñirle y observa cómo tu cuerpo se afloja, destensa, alivia,... Párate.  Quédate ahí hasta sentir eso.
Ese alivio es tu cuerpo diciéndote "ése es el camino".
Si así lo has sentido... aunque sea sólo un pequeño atisbo...
has encontrado el camino hacia la paz.
Un camino hacia ningún lugar, hacia ningún momento.
Pues todo está aquí.
Todo es ahora.
No hay más que hacer.
No hay más que vivir.