jueves, 21 de agosto de 2014

SUPERAR LA ANSIEDAD CON O SIN PASTILLAS

Ese es uno de los grandes dilemas que muchas personas con ansiedad tienen a la hora de tratar de superarla.  Personalmente las tomé durante dos períodos especialmente duros que tuve a lo largo de mis años de ansiedad. No pasa nada por hacerlo. Hay casos y momentos en los que se necesita tomar medicación, siempre y cuando sea bajo el control de un médico.  Con la ansiedad se sufre mucho, y un sufrimiento excesivo puede agotar a la persona. De ahí una de las utilidades de la medicación, mitiga ese sufrir. De alguna manera te permite tener un poco más de "energía vital" para seguir adelante.
Seguro que habrás escuchado de gente que superó la ansiedad sin medicamentos.  Sí, claro que las hay.  Pero porque cada persona es un mundo.  Una de las cosas que la ansiedad enseña es que no nos debemos comparar.  De hacerlo estamos repitiendo uno de los "programas" que precisamente nos llevan a ella.
Lo que más se teme a la hora de tomar pastillas para la ansiedad es al "enganche" y a la posterior retirada del medicamento. No voy a decir que fue precisamente fácil dicha retirada, pero a la larga hubiese sido peor no haberlas tomado. Digamos que fue un mal menor. Esa bajada de dosis la hice muuuuy lenta, muy paulatina, sin marcarme plazos y siguiendo las indicaciones médicas.
Con todo ello no estoy defendiendo el uso de la medicación como único medio para salir de la ansiedad. Sino que tal y como he dicho antes, hay casos y momentos en los que sí es necesario su uso.  Mi consejo es que si los profesionales en los cuales confías te han indicado que tomes pastillas, hazlo con toda la tranquilidad, siguiendo al pie de la letra sus instrucciones. 
Personalmente pienso que la medicación es como la barandilla de una escalera, ayudar ayuda, pero quien ha de subir los escalones eres tú.  Así mismo no hemos de olvidar lo más importante para salir de la ansiedad: EL APRENDIZAJE. Y ese aprender no viene concentrado en una pastilla. Si nos centramos sólo en la medicina como única tabla salvavidas, estaremos en la tabla mucho tiempo sin llegar a tocar tierra y sin aprender a remar.  La ansiedad trae debajo del brazo una lección de vida, y hasta que no la aprendamos seguiremos cursándola. 

viernes, 8 de agosto de 2014

PARA SALIR DE LA ANSIEDAD ELIGE LA PAZ, NO EL CONFLICTO CONTRA TI MISMO

No podemos salir de la ansiedad con la misma forma de pensar con la que entramos en ella.  En la ansiedad solemos entrar mediante el esfuerzo, la lucha y el aguante desmedido.  Y cuando nos llega la ansiedad, seguimos utilizando esas tres mismas "herramientas" para tratar de salir de ella. Nos esforzamos, resistimos y luchamos contra la ansiedad. ¡¡SEGUIMOS HACIENDO LO MISMO!!
Detente unos segundos y piensa en ello antes de continuar leyendo. Es como seguir aplicando el mismo "programa" que nos ha llevado a tener ansiedad.  Como sino supiésemos hacer otra cosa en la vida que luchar.  Sin darnos cuenta que de esa manera, entramos en guerra con nosotros mismos.  Normal que nos agotemos, lo raro sería lo contrario.  Luchábamos antes y seguimos haciéndolo ahora.  Es como si nos hubiesen grabado a fuego la idea que es mediante el sacrificio como todo ha de conseguirse en esta vida.  Y ese mismo programa lo aplicásemos a todo cuando nos acontece.    Por ello también nos cuesta tanto salir de la ansiedad, porque seguimos aplicando los mismos programas una y otra vez.  Pero hay cosas en la vida que no se consiguen apretando los dientes, ni cerrando los puños para la pelea. Si buscamos la paz, sólo podemos acceder a ella mediante la propia paz.  Y la paz es el mejor "antídoto" contra el conflicto, pues donde hay paz no hay miedo.  Es por ello que se hace necesario SOLTAR ese "programa de conflicto" que continuamente nos lleva al esfuerzo, la lucha, la resistencia y como consecuencia al agotamiento.  Sólo cuando soltamos el conflicto podemos dislumbrar la paz.  Y ese soltar sólo puede realizarse mediante una comprensión serena, profunda, sincera y clarificadora de cómo hemos llegado a la ansiedad.  Ello facilita enormemente la ACEPTACIÓN de lo que nos ocurre, ya que las personas estamos dispuestas a negar todo aquello que no comprendemos.