viernes, 19 de agosto de 2016

AMISTADES Y ANSIEDAD

Nos llega la ansiedad y nuestra vida social se ve seriamente afectada. Nos cuesta salir o estar en los mismos lugares que están nuestros amigos. Ellos no suelen entenderlo y terminamos por perder a muchos de ellos. Por ahí pasé. Antes de la ansiedad tenía un nutrido grupo de personas con las que salir, viajar, hacer proyectos,... y a muchos de ellos los consideraba mis amigos. Al llegar la ansiedad, todo aquello cambió de la noche a la mañana. Todos ellos poco a poco se fueron alejando excepto uno. Mi amigo Daniel.
Daniel venía a verme durante el año  que estuve encerrado por la agorafobia, me llamaba, animaba,... Con el tiempo comprendí que de todos aquellos que consideraba mis amigos, en verdad, sólo tenía uno. Y la ansiedad vino a demostrármelo. Un verdadero amigo está a las duras y a las maduras, los demás son sólo conocidos.

Pero es que esto mismo les pasa a muchíiiiisimas personas, independientemente de que tengan ansiedad o no. Cuando vienen los problemas, es cuando de verdad nos damos cuenta de quiénes son nuestros amigos y quiénes no lo son. Así que no culpemos a la ansiedad si de pronto dejan de llamarnos o de interesarse por nosotros. No es culpa de nadie, es que las personas somos así. Muy posiblemente hubiesen hecho lo mismo de haber tenido otro tipo de problema y no ansiedad. Amigos, lo que es amigos de verdad, íntimos, personales y que están con nosotros a las duras y a las maduras,... muy pocos. Y es normal que así sea ¿Te imaginas que tuvieras 50 amigos de esas características? Chirría un poco ¿verdad? Y es que las personas solemos tener siempre un círculo muy reducido de verdaderos amigos. Así mismo hemos de considerar que es normal que las amistades no entiendan a una persona con ansiedad, si en ocasiones no la entendemos ni nosotros mismos,... ¡cuánto más alquien no ha pasado por ella! Es normal, no se les puede culpar.
También hay que tener en cuenta otra cuestión que ocurre con frecuencia. Cuando nos viene la ansiedad, nuestros valores suelen cambian o mejor dicho, nos hacemos más conscientes de nuestros valores y percibimos que son distintos de los que nos rodean. Comienza a interesarnos otros temas, comenzamos a darle un valor distinto a las cosas, nuestra perspectiva de la vida cambia... Así que ese distanciamiento que se produce, también es normal. Por lo que es habitual que se produzca un período de transición, más o menos largo, entre el soltar nuestras antiguas relaciones y que nos lleguen nuevas más acordes con nuestros valores e intereses. Lo sé, ese período es duro porque te ves solo, en mi caso fue bastante largo. Pero os puedo asegurar que el nuevo círculo de relaciones y amistades que me llegó... fue mucho más enriquecedor. Por ello es importante que tengamos la tendencia de ir introduciéndonos en círculos de personas con nuestros mismos gustos, intereses y valores. Es como cambiar de "tribu".
Así que si te ves en esa situación de distanciamiento de tus relaciones, no tiene sentido que te culpes, ni que les culpes ni que culpes a la ansiedad, pues dicho distanciamiento es normal. Además, la culpa nunca soluciona nada, ni nunca nos trae paz. Lo que sí nos trae la paz es una profunda comprensión y aceptación de cómo somos todos, de cómo se nos va presentando la vida... permitiendo que se marche lo viejo y abriéndonos a lo nuevo.

domingo, 14 de agosto de 2016

COMPARARNOS CON LOS DEMÁS, NOS GENERA ANSIEDAD

La ansiedad tiene mucho de tensión emocional acumulada y el compararnos con los demás, hace que la acumulemos.

"Él o ella es mejor que yo"

"Me está adelantando"

"No puedo consentir que me adelante"

"Él o ella tiene... y yo no"

"Tengo que demostrar ser más que él o ella"

"¿Por qué ella sí y yo no?"

Frases de ese tipo nos solemos decir en sus múltiples variables. Detente por unos instantes. Mira en tu interior, observa la tensión que hay detrás de esas frases.  Fíjate cómo tras ellas, nunca está la paz. Si esa comparación la mantenemos durante mucho tiempo y de forma intensa, puede llegar hacernos sufrir y generarnos una gran ansiedad.

¿Pero por qué el compararnos con los demás nos genera tanto malestar? Porque en el fondo, lo que estamos haciendo ahí, ES DESEAR LA VIDA DE OTRA PERSONA. Lo que la otra persona tiene, lo que es, lo que le ocurre,... Y eso es sencillamente imposible porque cada ser humano, tiene su propia trayectoria y ha de experimentar sus propias vivencias. Pero además, fíjate cómo cada ser humano tiene SUS PROPIAS capacidades y todas ellas ¡son valiosísimas! Compararnos con los demás, es como comparar la capacidad de respirar bajo el agua de un pez, con la velocidad de un leopardo. Fíjate cómo un pez no necesita nadar a 58 Km/h, ni el leopardo respirar indefinidamente bajo el agua. Cada uno es completo en si mismo. De la misma manera, los seres humanos, nacemos completos en si mismos.

Todo ello no está reñido con tener buenas aspiraciones. Limar aquellos aspectos de nosotros mismos que nos hagan sufrir o conseguir aquello de la vida que necesitemos ¿Y cómo distinguir una buena aspiración del desear lo que tiene otra persona? Podemos distinguirlo a través de dos aspectos: la intención y la paz. Si nuestra intención no es la de quedar por encima del otro, o de tener lo mismo que el otro por el mero hecho de tenerlo, entonces es una buena aspiración. Y si detrás de esa aspiración no hay tensión, sino que hay paz, entonces es una buena aspiración.

No necesitamos ser como otras personas, porque ya somos de una manera. Y esa manera es maravillosa pues tenemos nuestras propias habilidades, capacidades y potencialidades que ninguna otra persona tiene ¿Que nos parecen pocas o pobres? Eso lo único que quiere decir es que no nos conocemos lo suficiente. Asi que el problema no es tener o no tener, el problema es si nos conocemos o no nos conocemos.

No necesitamos ser como otras personas,lo que necesitamos es ser nosotros mismos.


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viernes, 12 de agosto de 2016

MIEDO A LA MUERTE

Es muy habitual en la ansiedad tener miedo a morir. Muchísimas personas lo sienten. Si habitualmente en esta sociedad no se quiere ni hablar sobre la muerte, esto se agudiza mucho más cuando se tiene ansiedad.   Recuerdo que ese miedo lo tuve durante bastante tiempo, literalmente me daba auténtico pánico, siendo uno de los aspectos de la ansiedad que más me hizo sufrir. Todo ello estaba detrás de la hipocondría que tenía, ya que ésta no es más que miedo a morir a través de una enfermedad.
Superar este miedo no lo hice a través de ningún método específico para ello, sino que lo dejé atrás como consecuencia natural de ahondar en algo que englobaba toda mi ansiedad y todos mis miedos: LA CONFIANZA EN LA VIDA. Como no confiaba en ella, tendía a controlarlo todo para que el instante siguiente estuviese bien atado no sea que fuese a sufrir en él.  Pero esa actitud no es aplicable a la muerte, ya que ésta se escapa de cualquier tipo de control y eso me daba pánico. Por lo tanto, el miedo a morir era sólo la consecuencia de mi falta de confianza en el devenir natural de la vida.
La inmensa mayoría de las personas tienen miedo a morir ¿pero por qué se agudiza ese miedo cuando se tiene ansiedad? Para contestar a esa pregunta pienso que hemos de basarnos en lo que es la ansiedad: un transito. El período de transición entre una forma de ser y otra bien distinta. Antes de que los síntomas llegaran a nuestra vida, éramos de una de determinada manera. Teníamos una serie de creencias, patrones, pensamientos, hábitos, actitudes,... que son los que precisamente nos llevaron a la ansiedad. "Tengo que tener mucho dinero, posesiones,..." "Es horrible que los demás no me acepten" "He de esforzarme más allá de mis límites" "Si no soy una persona exitosa seré un fracasado y nadie me querrá" "He de controlarlo todo" "Si no soy eficiente no valgo para nada" Fíjate cómo detrás de todas esas frases se genera una gran tensión en nuestro interior. Tensión que llega un día nuestro organismo y nos dice "ya no puedo más", comenzando a exteriorizar ese exceso a través de los síntomas. En definitiva, esa forma de ser nuestra que albergaba tanta tensión, ya no nos es válida para continuar desenvolviéndonos por la vida. Y ESA FORMA DE SER es la que está en "peligro de muerte". Por eso sentimos miedo a morir, porque esa parte de nosotros ya no es válida para ser felices. Pero como aún nos identificamos con ella, surge ese miedo ¿Te imaginas a un gusano teniendo miedo de convertirse en mariposa? Pues eso es justo lo que nos ocurre. Y cuanto más nos resistimos a esa evolución, más se prolonga la ansiedad. Se prolonga porque estamos obstaculizando lo que ya no tiene vuelta atrás, esto es, que cambiamos, que no podemos seguir siendo los mismos toda la vida. Las personas somos seres cíclicos y lo único que estamos sintiendo, es que un ciclo de nuestra vida está llegando a su fin y otro nuevo se quiere abrirse paso ante nosotros. El miedo a la muerte no es más que eso, resistencias a abandonar nuestra identidad como "gusano" para llegar a ser mariposa. Resistencias a soltar los "tienes que..." "debes que..." "has de controlar..." y abrirnos de par en par al devenir de la vida. Una forma de ser mucho más libre, confiada, más en consonancia con la vida en lugar de estar todo el rato peleándote con ella. En definitiva, quien sentía el miedo a la muerte era al "Rafa controlador, desconfiado, juez, exigente,...", sólo se tratada de eso.
Así mismo y para tu tranquilidad, la conciencia no muere tras la muerte. El cuerpo sí que lo que hace, pero no la conciencia. Y no estoy hablando de creencias religiosas, filosóficas, espiritualidad o misticismo. Estoy hablando de ciencia. Se han realizado estudios científicos en personas que han llegado a estar bastantes minutos clínicamente muertos y que los médicos consiguieron reanimar. Todos ellos llegan a la misma conclusión, la muerte no existe, lo único que hay es un cambio de conciencia y ese cambio no es doloroso.
Por lo tanto puedes quedarte tranquilo en todos los frentes, lo que sientes es normal, forma parte de tu proceso de evolución y transformación. Sé que se pasa realmente mal con este miedo en particular, pero se pasa mal tanto en cuanto nos resistimos a soltar un ciclo en nuestra forma de ser y abrirnos al que está por llegar. Y esa no resistencia sí que está a nuestro alcance, hay que practicarla y aprehenderla, sí, pero esa capacidad la tenemos. Ante todo ello y resumiendo, el problema no es la muerte, el problema es ¿qué estamos haciendo con nosostros mismos en la vida? ¿Nos queremos? ¿Somos compasivos? ¿Nos aceptamos? ¿Estamos abiertos a nuestra natural transformación como personas? Sólo tú puedes responder a esas preguntas. Respuestas que te llevarán más allá de todo miedo. Te llevarán a ti, a tu centro, a tu corazón.

sábado, 6 de agosto de 2016

DESTINO: SALIR DE LA ANSIEDAD.

Suele ocurrir que nos olvidamos del viaje por pensar demasiado en el destino. Estamos tan absolutamente centrados en estar ¡ya! en la meta, que nos olvidamos de los pequeños pasos que hemos de dar para alcanzarla. Si por ejemplo quiero viajar de España a Argentina, por mucho que piense en mi destino no me voy a materializar espontáneamente en el aeropuerto de Buenos Aires. He de tener el dinero, comprar los billetes, hacer las maletas, ir hacia el aeropuerto, tomar un avión, estar en él no sé cuántas horas,... Es decir, hay todo un proceso, una serie de pasos que he de realizar día a día. Y a cada día le corresponde una serie de pasos, aunque sea sólo uno, pero HAY QUE DARLO.
Con la ansiedad nos pasa lo mismo. El destino es el bienestar interior. Pero no vamos a llegar hasta ahí estando centrados exclusivamente en el "quiero salir de la ansiedad ¡ya!" Porque aceptémoslo, seamos realistas y pongamos los pies en el suelo, ese momento no se va a materializar espontáneamente por mucho que me quede fijo en él. Ese momento llegará cuando soltemos toda prisa por encontrarnos bien y nos pongamos día a día, momento a momento, a realizar aquello que nos acerque a nuestro destino.
¿QUÉ PUEDO HACER HOY Y QUE ME ACERQUE AL BIENESTAR?
¿QUÉ PUEDO HACER AQUÍ Y AHORA PARA QUE EN UN FUTURO SEA COMO QUIERO QUE SEA?
Ésas preguntas nos ponen los pies en el suelo porque, total, ¿hay algo más que vivir que no sea el aquí y el ahora? ¡No lo hay! Por lo tanto ésas preguntas hemos de hacérnoslas varias veces a lo largo del día. Puedo seguir las pautas del psicólogo/a, dar un paseo, hacer deporte, practicar un hobby, meditación, relajación, leer libros que me enriquezcan,... De esa manera nos situamos en cada paso del viaje que son los que realmentenos llevará al destino. No importa el número de días que nos queden porque eso es futuro y sólo tenemos acceso al HOY para poder actuar. El futuro sencillamente no está a nuestro alcance, el hoy sí que lo está, sí que tenemos acceso a él porque ya estamos en él. Así que suelta la preocupación por el futuro porque esa preocupación es inútil, suéltala por inservible para tu bienestar. No es útil para salir de la ansiedad. Lo que sí es útil es OCUPARTE DE TU HOY, ocuparte de esos pequeños pasos que puedes dar en este mismo día, en este preciso instante. No importa lo pequeños que sean, lo que importa es que se hagan, porque la suma de todos ellos mantenidos en el tiempo es lo que te sacará de la ansiedad. Llena tu día de pequeños instantes de siembras de bienestar y simplemente ocúpate de cada una de ellas. Suelta incluso las que has de realizar dentro de dos horas y ocúpate de la que toca en este preciso instante. Pueden ser incluso pequeños actos como ducharte, ponerte guapo/a, ordenar tu dormitorio,... Así es como se avanza, instante tras instante, momento a momento, día a día... y sólo podemos avanzar así porque el aquí y el ahora es lo único que tenemos, no hay otra cosa que vivir.
En este preciso instante te sientes como te sientes, tienes lo que tienes,... y eso será suficiente para realizar lo que toca hacer AHORA MISMO. Y si lo haces, dentro de dos horas te sentirás de otra manera y tendrás algo más. Puede que no lo creas, que no creas que tienes o sientes lo suficiente para realizar lo que toca hacer ahora mismo. Pero es que muchas veces las personas no nos lo creemos hasta que no lo hacemos. Es el propio acto lo que nos hace conscientes de nuestra capacidad. Es el propio acto lo que nos confirma nuestro "poder". Así que ve sumándote, ve sumando pequeñas siembras de bienestar y de esa manera, llegará un momento en que tendrás la firme convicción de puedes llevarte más allá de donde te encuentras.  Y esa convicción ya no será que alguien, en una página web, te diga que tienes ese poder, sino que será fruto de TU propia experiencia íntima y personal.

Ve a por el instante.

Ve a por ti.