sábado, 27 de mayo de 2017

DATE LAS GRACIAS PORQUE TE QUIERES.

Porque durante toda tu vida, siempre has querido un bien para ti.
Date las gracias porque todas tus intenciones hacia ti siempre han sido positivas.
Date las gracias porque siempre te has cuidado lo mejor que has sabido.
Date las gracias porque te has llevado por la vida lo mejor que has podido.
No es cierto que no te quieras. Si no te quisieras no estarías tratando de salir de la ansiedad para dejar de sufrir.
Te quieres. De alguna u otra manera es inevitable el quererse. Quizás no seas consciente de ese amor. Así que ponte la mano en el pecho, recorre toda tu vida y observa cómo siempre has querido un bien para ti y has tratado de no sufrir. Eso también es amor. Reconócelo. Reconócete.
Date un gran abrazo cómo si fueses ese viejo amigo que siempre va contigo. De hecho lo eres, pues eres la persona más interesada en tu bienestar.
Así que date ese abrazo de agradecimiento. Pues estás tratando de cuidarte lo mejor que sabes y puedes. Si supieras o pudieras hacerlo mejor directamente lo harías. De hecho te tratas mejor cuando puedes hacerlo ¿Lo ves? Haces lo mejor que puedes para ti. Te quieres.
¿Que hacen falta más cuidados? ¿Que necesitarías más implicación? ¿Más amor? Ya estás en ello. De lo contrario no estarías leyendo estás líneas o cualesquiera otras. No estarías buscando ayuda. No estarías tratando de darte lo que necesitas. No estarías practicando tal o cual técnica. No estarías diciéndote lo que te vendría bien... Fíjate cómo en cada instante te das lo mejor que puedes, y justo en el instante en el que puedes darte algo mejor directamente te lo das ¿Lo ves? Te quieres.
Transforma lo que necesites transformar en ti y en tu vida para mejorar ese cuidado, atención y amor hacia ti. Pero hazlo desde la conciencia de que tus intenciones hacia ti, siempre han sido y serán positivas. Te quieres.
Querido amigo. Querida amiga. Conecta con esa intencionalidad positiva que siempre has tenido hacia tu persona... ¡Y tira P'alante! Que al otro lado del miedo estás tú esperándote. Ve a tu encuentro y por el camino, no olvides que eres la persona que más puede ayudarte. Así que date la mano y tira de ti. Hazlo porque vales la pena. Hazlo porque te quieres.
¡¡VAMOS!!